miércoles, 18 de abril de 2007

Eyetrack 07 desvela los secretos de la lectura de prensa e Internet

La manera que tiene nuestro ojo de recorrer un periódico no es la misma que la de una página web. Así lo ha confirmado la entrega del estudio Eyetrack correspondiente a 2007 y realizado por el prestigioso Instituto Poynter. Aunque es cierto que esto era algo que se venía sospechando desde el nacimiento de los primeros periódicos online, nunca se había realizado un estudio serio sobre la materia. El tema central de este estudio es el grado de concentración o dispersión del lector de informaciones a la hora de enfrentarse a un texto impreso o uno digital, y esto, tal y como se afirma en Ubertin.net, ha acabado con el mito del “lector disperso” de las publicaciones digitales.

Algunas de las preguntas clave de este estudio han sido cuál es la secuencia que sigue el lector y a través de qué elementos se desplaza por el texto, cuánto lee, que tipo de titulares mira o cuánto y para qué utiliza los hipervínculos. El resultado afirma, entre otras cosas, que el lector de Internet no solo no es más disperso que el de prensa escrita si no que además lee más. El porcentaje de lectura de historias en Internet es de un 77%, frente a un 62% de un periódico sábana y un 57% de un tabloide. Para llegar a estas conclusiones se realizó un estudio utilizando unas gafas especiales con microcámaras encargadas de registrar el movimiento de los ojos durante la lectura de diversos periódicos (sábana y tabloide) y páginas web. Los responsables de este estudio,
Sara Quinn y Pegie Stark Adam, llegaron a la conclusión de que existían básicamente dos formas de lectura: la metódica y la de escáner. La primera se corresponde más con el perfil del lector de prensa. Éste es un lector a quien le llaman la atención titulares y fotografías (que conducen su mirada) y tiende a leer las informaciones en un orden más o menos rígido. Por otra parte, la lectura en escáner, que constituye el 50% de los lectores de medios on-line, conduce la atención del lector mediante barras de navegación, flechas, ladillos, sumarios e hipertexto.





Esto es una buena noticia para las personas que trabajan en la elaboración de contenidos digitales, y de ahí que diversos medios digitales (encabezados en su mayor parte por blogs) se hayan hecho eco de la noticia. Uno de estos medios es
Ddsign, la página web de María Rey Oyonarte (licenciada en publicidad y relaciones públicas), que se ha limitado a recoger los principales datos del estudio y darles difusión. Otro de los blogs que ha escrito sobre la noticia es El espacio de Lubrio, quien recuerda que hace poco se ha realizado un estudio similar en España promovido por el sitio web alt64 y la AIMC, y que descubrió cosas tan interesantes como que los hombres y las mujeres tenemos patrones de lectura de páginas web distintos, o que no leemos los tradicionales elementos de atracción como ladillos o entradillas tanto como se piensa. Otros blogs que recogen la noticia son Periodistas21, úsalo o Visualmente.

Los medios tradicionales también se han hecho eco de este estudio. El país escribe un reportaje centrado en Rob Curley, en el que expresa una posición aún conservadora frente a este nuevo tipo de periodismo, como si fuese una especie de versión prefabricada del “periodismo de siempre”. “Curley está convencido de practicar el periodismo de siempre. "Hacemos algo muy tradicional. Algo útil y que no aburre. Lo único es que lo hacemos en otro soporte, en la web”. También La Vanguardia ha dedicado una información en la que, bajo el título de El negocio de las noticias en Internet ha reflejado de una forma muy superficial el objetivo del estudio. Otros como El Mundo o La razón ni siquiera dedican un pequeño artículo.
Esta noticia puede ser alentadora para los medios digitales que buscan el prestigio que necesita toda innovación para salir adelante e implantarse como la mejor opción. También ocurrió con la imprenta, con la radio, el cine y la televisión. Todo es cuestión de tiempo.

domingo, 15 de abril de 2007

Daniel Peña sustituye a Gregorio Peces Barba como rector de la uc3m

Daniel Peña ha sido elegido el nuevo rector de la Universdad Carlos III de Madrid, tras haber superado el porcentaje de voto ponderado de su rival, Luciano Parejo, con un 52 % en esta segunda y definitiva vuelta de las elecciones. De esta manera Peña sustituye al que ha sido Rector desde su creación hace 18 años, Gregorio Peces-Barba.



Daniel Peña es un diplomado en Sociología y estadística por la Universidad Complutense de Madrid, además de ingeniero industrial. Bajo el lema "Daniel peña, el cambio seguro", emprendió una campaña electoral que pasaba por la creación de equipos de prestigio, la innovación docente, el apoyo para hacer de Carlos III una universidad de excelencia, la calidad en los servicios, interdisciplinariedad, excelencia en la investigación e internacionalización. Para llevar su propuesta hasta los estudiantes visitó los tres campus (Getafe, Leganés y Colmenarejo) y se acercó a las aulas.

A pesar de que todos los votos no valen lo mismo, las noticias publicadas sobre las elecciones en diversios medios digitales como Universia, afirman que el voto de los estudiantes fue definitivo. Esta era la valía de cada voto:

  • Profesores funcionarios doctores: 54%
  • Profesores colaboradores, asociados o eméritos: 8%
  • Ayudantes doctores, ayudantes y becarios de investigación: 10%
  • Estudiantes de primer y segundo ciclo: 18%
  • Estudiantes de tercer ciclo y postgrado: 2%
  • Personal de administración y servicios: 8%

miércoles, 11 de abril de 2007

"Shattered Glass" y lo que el periodismo digital promete


En la facultad un futuro periodista aprende cientos de principios que se supone que regirán su conducta durante el resto de la carrera: la honestidad, la profesionalidad, el esfuerzo, las ganas de saber más, el deseo de hacer un bien público... Parece ser que los únicos periodistas que siguen teniendoesta concepción idílica de la profesión son los profesores de la facultad.

Esto es algo que se refleja muy bien en la película El precio de la verdad (Shattered Glass), que cuenta el caso real del periodista Stephen Glass. Este joven periodista estadounidense protagonizó un sonado escándalo en su país tras descubrirse que gran parte de sus artículos (publicados en revistas tan prestigiosas como The New Republic) estaban repletos de datos, personas y lugares falsos.



La película comienza con la imagen de Glass (interpretado por el
conocido Hayden Christensen) en el aula en la que estudió periodismo, dando lecciones de
deontología y profesionalidad a otros estudiantes, una vez que
su carrera ya ha despegado. Su irónica pose de profesional rígido y comprometido con la causa periodística hace mucho más impactantes todas las mentiras que utiliza para confeccionar sus aclamados reportajes.



Ian Restil, a 15-year-old computer hacker who looks like an even more adolescent version of Bill Gates, is throwing a tantrum. "I want more money. I want a Miata. I want a trip to Disney World. I want X-Man comic [book] number one. I want a lifetime subscription to Playboy, and throw in Penthouse. Show me the money! Show me the money!" Over and over again, the boy, who is wearing a frayed Cal Ripken Jr. T-shirt, is shouting his demands. Across the table, executives from a California software firm called Jukt Micronics are listening -- and trying ever so delicately to oblige. "Excuse me, sir," one of the suits says, tentatively, to the pimply teenager. "Excuse me. Pardon me for interrupting you, sir. We can arrange more money for you ..."



Una vez que el escándalo fue destapado por Forbes fueron muchos los que se hicieron eco del escándalo, poniendo en duda la fiabilidad de la revista, que en 1995 había sufrido otro escándalo parecido con otro joven periodista llamado Ruth Shalit, esta vez acusados de plagio y no de falsificación. Uno de estos medios fue el Washington Post , ya que realizó una dura crítica el lunes 11 de mayo de 1998 firmada por Howard Kurtz


Pero quien destapó este escándalo fue un Diario Digital, Forbes, el 10 de mayo de 1998. En ese artículo un pequeño diario (menos aun si consideramos que en 1998 la prensa digital no tenía la relevancia que tiene ahora) se enfrentó a un gigante como The New Republic, una revista que viajaba en el air force one, el avión presidencial.


Al no depender de la publicidad ni pertenecer a grandes grupos de comunicación, los diarios digitales tienen mayor libertad para poder denunciar aquello con lo que no están de acuerdo, y este es un gran ejemplo. ¿Será que el ideal periodístico ya no puede realizarse en los medios tradicionales, tan coaccionados y condicionados que no pueden aspirar a el? ¿Será el periodismo digital la respuesta para toda una generación de periodistas que desea hacer una información libre de condicionantes? ¿Sera la red el medio de llegar a la honestidad?